¿Qué entenderemos por Plan de carrera y Plan de sucesión? En la mayoría de los casos el plan de sucesión se confunde con los planes de carrera; por lo tanto, entenderemos que el plan de sucesión analiza en el contexto de la organización los puestos claves y las personas potenciales para ocuparlos.
El capital humano es el elemento esencial para la creación y sostenimiento de ventajas competitivas que permiten la continuidad de las empresas. La formación y el desarrollo posibilitan construir y actualizar las habilidades y conocimientos de los individuos para mejorar dicha posición competitiva.
El convulsivo entorno exige a las empresas flexibilidad para adaptarse rápidamente a los cambios, tanto externos como internos, si quieren continuar en el mercado. En este contexto los planes carrera y de sucesión de las personas son factores estratégicos para conseguir mejorar la competitividad de las empresas en los mercados; para ello es necesario un Plan de Formación.
Un plan de formación es un conjunto coherente y ordenado de acciones formativas concretado en un periodo determinado de tiempo (normalmente anual) y encaminado a dotar y perfeccionar las competencias necesarias para conseguir los objetivos estratégicos. Actúa como guía para el diseño de las acciones formativas, aunque debe ser dinámico y flexible. Es un medio para conseguir un fin, conectado con el resto de políticas y prácticas de la empresa. El objeto de la formación es ayudar a conseguir los objetivos estratégicos de la empresa mediante:
- Adaptación de los trabajadores a las condiciones cambiantes del puesto de trabajo, tecnológicas, estructurales, de sistemas de trabajo, de procedimientos de control o del entorno (normativos, económicos, sociales…)
- Capacitación de los trabajadores para mejorar su rendimiento mediante el ahorro de costes, reducción de errores, descenso de quejas y devoluciones, disminución de accidentes y sanciones, mejora de la calidad…
- Desarrollo profesional, como condición necesaria para retener el talento. Las personas más capaces buscan constantemente crecimiento y nuevos retos; si no lo encuentran en su empresa, lo buscan en otras. La formación enriquece profesionalmente a los trabajadores y alimenta su desarrollo personal, lo que les lleva a explotar más sus posibilidades, ya que se ven más capaces en el desarrollo de sus actividades y esto les hace sentirse motivados, aportando lo mejor de ellos para participar en la consecución de los objetivos empresariales.
La formación exitosa comienza en un buen proceso de detección y análisis de necesidades, localizando carencias formativas e, incluso, previniendo la aparición de problemas. Como resultado de este proceso, se determinan los objetivos a conseguir con la formación.
Si en lugar de diseñar el conjunto de acciones formativas de la empresa durante un periodo determinado, nos centramos en un empleado a lo largo de su vida profesional en la empresa, planearemos bien un plan de carrera, bien un plan de sucesión.